viernes
El presente es el museo del futuro
Los apaches no eran apaches. Los apaches se nombraban a sí mismos, según las circunstancias. Tinneh, Inde, Dinde o N´de (no estoy seguro de la grafía). Apaches era un nombre que les habían dado los zuñis (que por otro lado tampoco se llamaban zuñis sino ashiwis), sus ancestrales enemigos, y en esa lengua zuñi apache quería decir precisamente enemigo. Si esto sucedía con el nombre, no era muy difícil de adivinar lo que podía llegar a ocurrir con el resto. Las costumbres atribuibles a los apaches eran puras mentiras inventadas por sus adversarios.
(...)
Así como se estudiaba pormenorizadamente la vida de las estrellas que titilaban en la bóveda celeste, erigiendo telescopios en medio del desierto, ¿por qué no hacer lo mismo con esas tribus, condenadas a desaparecer en breve, que vivían en nuestro mismo planeta, a unas horas de nuestro hogar en tren? Los astros no hablan, pero siempre retornan al mismo punto. Marte y Venus seguirán trazando la misma elipse alrededor del sol cuando estas maneras de pensar, hablar, percibir colores y moler maíz se hubieran esfumado para siempre, llevándose consigo informaciones esenciales para comprender la historia de la humanidad
Vecchio en La extinción de las especies
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