martes
Eso no se hace Ricky
Sin duda el cantautor Arjona entra a la página del INADI para escribir sus nuevos temas: las cuarentonas ya tienen su single, la mujer menstrual, la cubana enamorada, la reputa, la nerd, no hay minoría que no sea piropeada por este galán de la canción melódica (melosa). Peeeeero ya saben como dice el refrán popular "dime con quién anda y te diré quien eres" (este posteo tb podría haber entrado en la sección sabiduría popular). Dejamos para su deleite visual fotos de R.A. con sus linda novia en las lindas playas de no se ni donde. Como verán nada de gorditas cuarentonas ni de amores en taxi, un minón en un all inclusive! No daaaaaa negro, así no daaaaaa que llenes tantos estadios! Vendiendo humo de colores a las minorías discriminadas. Se van a acordar de mi cuando salga el nuevo disco con el tema "Mapuchita de mi corazón", "La cartonera de mi vida" o "La pasión bajo mil estrellas o mi historia de amor con una sin techo" y por uuuuuuuutimo, el hitazo "Sangras amor, hemorroides de mujer"
lunes
El oral b de la vida
Nustra vida podría ser contada a partir de la lectura de nuestro porta cepillos de dientes. Mi porta cepillos está por experimentar un gran cambio por primera vez en 7 años y medio y espero que sea para el bien de todos.
domingo
colonialismo on the rocs
Si estás corto de tiempo y ávido de linda lectura, con la sencillez más sabia del mundo te hace entender de un sopapo a todos los autores poscoloniales/decoloniales
Esto no es un juego de niños!
El abuso sexual infantil es mucho más común de lo que uno cree y el abusador es en gran mayoría de los casos una persona cercana al entorno del niño o niña. Este monstruo actúa con total impunidad valiéndose de la inocencia de un niño y de su dificultad para catalogar la situación de abuso como algo negativo, de su capacidad de narrarla y de interpretarla. El niño o niña vive en angustia un secreto que le es ajeno, la maldad y perversidad de un otro. Vive su sexualidad malograda y forzada y en muchos casos el niño aún adulto no logra compartir ese pesado secreto con un otro. El victimario sin embargo es padre, tío, jefe, maestro de grando, etc. y está por ahí saludando al vecino y comprando pan en la panadería. Encontré este material didáctico muy bueno para tratar con los niños el tema del abuso sin infundir miedo y trasmitiendo valores de autonomía sobre el propio cuerpo. Ya que no se puede confiar en el criterio de algunos adultos, hablemos con los niños y ayudemoslos a cuidarse, tener una infancia traqnuila y denunciar a cualquier sin verguenza que lo quiera desrespetar. Esto no es un chiste y le pasa a más gente de lo que uno cree. Comparto el material: hay caricias lindas y otras que no tanto...
El ciclo de la vida
Siempre pensé que nuestra relación (occiedental-judeocristiana-economia de mercado) con la muerte es tan extraña siendo que es algo que tenemos una vida entera de sobre aviso, que nadie se salva, que es lo más propio de la vida misma. Los Aztecas bailan y emborrachan a sus muertos, los egipcios les dejaban las mejores ofrendas para una gran vida en el más allá y nosotros los lloramos y empezamos terapia. Es que somos tan egolatras que no podemos concebir una existencia distinta/alejada a nuestro yo. Hans Ruesch en el País de las sombras largas: "la vieja conocía el futuro porque conocía el pasado, y su familiaridad con las cosas de la vida le permitían comprender y por lo tanto aceptar sin rencor, la eterna tragedia de la naturaleza: es menester que la carne perezca para que la carbe pueda vivir. Ella debía morir para que el oso pudiera vivir hasta el día en que Ernenek lo matara para nutrir a Asiak y a Ppapik, carne de su carne. Y así ella volvería a sus seres queridos".
Que hermoso! Cuánta sabiduría y entrega de amor
El tiempo occidental y la ansiedad
Pero necesitaba aun otra foca, y -después de una espera que habría parecido larga a quien mide el tiempo por horas en lugar de hacerlo por estaciones -capturó una segunda foca más pequeña que la primera -Hans Ruesch en "País de las sombras largas"
Hombre como sujeto transformador de la naturaleza o historia de la egolatría
"El cebo fue a parar a unos pocos pasos del oso, que lo husmeó lleno de curiosidad alargando el cuello y gruñendo receloso. El hambre lo incitaba a comer; pero otro instinto más profundo y misterioso. le sugería que desconfiara de todo cuanto provenía de aquellos extraños seres, mucho más pequeños que él, pero terriblemente seguros de sí mismos" - Hans Ruesch
miércoles
Sabías que estoy trabajando de sociologa?
Me llamo Octave y llevo ropa de APC. Soy publicista: eso es, contamino el universo. Soy el tío que os vende mierda. Que os hace soñar con esas cosas que nunca tendréis. Cielo eternamente azul, tías que nunca son feas, una felicidad perfecta, retocada con el PhotoShop. Imágenes relamidas, músicas pegadizas. Cuando, a fuerza de ahorrar, logréis comprar el coche de vuestros sueños, el que lancé en mi última campaña, yo ya habré conseguido que esté pasado de moda. Os llevo tres temporadas de ventaja, y siempre me las apaño para que os sintáis frustrados. El Glamour es el país al que nunca se consigue llegar. Os drogo con novedad, y la ventaja de lo nuevo es que nunca lo es durante mucho tiempo. Siempre hay una nueva novedad para lograr que la anterior envejezca. Hacer que se os caiga la baba, ése es mi sacerdocio. En mi profesión, nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume. “13,99 euros”, de Frédéric Beigbeder
domingo
c'est not a pipe
es un trio magistral! Rosa Luxemburgo, Simone De Beauvoir y Emma Goldman en la playa un día de los años 30. Groso mundo que las permitió juntas
stand up peronista!
Claaaaaro! esto tenía que existir! vayan a verla! es gratis y logra hacernos reir de las cosas que nos angustian día a día!
Gorilas, leer con atención!
Cuando uno sin saber, en un ciclo radial habla a un personaje imaginario (Mordisquito) y se convierte en un clásico capaz de actualizarse y hablar a los "Mordisquitos" de todos los tiempos... Discépolo you rules!
Primer Ciclo. 2.
Resulta que antes no te importaba nada y ahora te importa
todo. Sobre todo lo chiquito. Pasaste de náufrago
a financista sin bajarte del bote. Vos, sí, vos, que ya estabas
acostumbrado a saber que tu patria era la factoría
de alguien y te encontraste con que te hacían el regalo de
una patria nueva, y entonces, en vez de dar las gracias
por el sobretodo de vicuña, dijiste que había una pelusa
en la manga y que vos no lo querías derecho sino cruzado.
¡Pero con el sobretodo te quedaste! Entonces, ¿qué
me vas a contar a mí? ¿A quién le llevás la contra? Antes
no te importaba nada y ahora te importa todo. Y protestás.
¿Y por qué protestás? ¡Ah, no hay té de Ceilán!
Eso es tremendo. Mirá qué problema. Leche hay, leche
sobra; tus hijos, que alguna vez miraban la nata por turno,
ahora pueden irse a la escuela con la vaca puesta.
¡Pero no hay té de Ceilán! Y, según vos, no se puede vivir
sin té de Ceilán. Te pasaste la vida tomando mate cocido,
pero ahora me planteás un problema de Estado porque
no hay té de Ceilán. Claro, ahora la flota es tuya, ahora
los teléfonos son tuyos, ahora los ferrocarriles son tuyos,
ahora el gas es tuyo, pero…, ¡no hay té de Ceilán! Para
entrar en un movimiento de recuperación como este al
que estamos asistiendo, han tenido que cambiar de sitio muchas cosas
y muchas ideas; algunas, monumentales;
otras, llenas de amor o de ingenio; ¡todas asombrosas!
El país empezó a caminar de otra manera, sin que lo
metieran en el andador o lo llevasen atado de una cuerda;
el país se estructuró durante la marcha misma; ¡el país
remueve sus cimientos y rehace su historia!
Pero, claro, vos estás preocupado, y yo lo comprendo:
porque no hay té de Ceilán. ¡Ah… ni queso!
¡No hay queso! ¡Mirá qué problema! ¿Me vas a decir a
mí que no es un problema? Antes no había nada de
nada, ni dinero, ni indemnización, ni amparo a la vejez,
y vos no decías ni medio; vos no protestabas nunca, vos
te conformabas con una vida de araña. Ahora ganás bien;
ahora están protegidos vos y tus hijos y tus padres. Sí;
pero tenés razón: ¡no hay queso! Hay miles de escuelas
nuevas, hogares de tránsito, millones y millones para
comprar la sonrisa de los pobres; sí, pero, claro, ¡no hay
queso! Tenés el aeropuerto, pero no tenés queso. Sería
un problema para que se preocupase la vaca y no vos,
pero te preocupás vos. Mirá, la tuya es la preocupación
del resentido que no puede perdonarle la patriada a los
salvadores.
Para alcanzar lo que se está alcanzando hubo que
resistir y que vencer las más crueles penitencias del
extranjero y los más ingratos sabotajes a este momento
de lucha y de felicidad. Porque vos estás ganando una
guerra. Y la estás ganando mientras vas al cine, comés
cuatro veces al día y sentís el ruido alegre y rendidor que
hace el metabolismo de todos los tuyos. Porque es la primera
vez que la guerra la hacen cincuenta personas mientras
dieciséis millones duermen tranquilas porque tienen
trabajo y encuentran respeto. Cuando las colas se formaban
no para tomar un ómnibus o comprar un pollo
o depositar en la caja de ahorro, como ahora,
sino para pedir angustiosamente un pedazo de carne en aquella
vergonzante olla popular, o un empleo en una agencia
de colocaciones que nunca lo daba, entonces vos veías
pasar el desfile de los desesperados y no se te movía un
pelo, no. Es ahora cuando te parás a mirar el desfile de
tus hermanos que se ríen, que están contentos… pero eso
no te alegra porque, para que ellos alcanzaran esa felicidad,
¡ha sido necesario que escasease el queso! No
importa que tu patria haya tenido problemas de gigantes,
y que esos problemas los hayan resuelto personas.
Vos seguís con el problema chiquito, vos seguís buscándole
la hipotenusa al teorema de la cucaracha, ¡vos, el
mismo que está preocupado porque no puede tomar té
de Ceilán! Y durante toda tu vida tomaste mate! ¿Y a
quién se la querás contar? ¿A mí, que tengo esta memoria
de elefante?
¡No, a mí no me la vas a contar!
Primer Ciclo. 2.
Resulta que antes no te importaba nada y ahora te importa
todo. Sobre todo lo chiquito. Pasaste de náufrago
a financista sin bajarte del bote. Vos, sí, vos, que ya estabas
acostumbrado a saber que tu patria era la factoría
de alguien y te encontraste con que te hacían el regalo de
una patria nueva, y entonces, en vez de dar las gracias
por el sobretodo de vicuña, dijiste que había una pelusa
en la manga y que vos no lo querías derecho sino cruzado.
¡Pero con el sobretodo te quedaste! Entonces, ¿qué
me vas a contar a mí? ¿A quién le llevás la contra? Antes
no te importaba nada y ahora te importa todo. Y protestás.
¿Y por qué protestás? ¡Ah, no hay té de Ceilán!
Eso es tremendo. Mirá qué problema. Leche hay, leche
sobra; tus hijos, que alguna vez miraban la nata por turno,
ahora pueden irse a la escuela con la vaca puesta.
¡Pero no hay té de Ceilán! Y, según vos, no se puede vivir
sin té de Ceilán. Te pasaste la vida tomando mate cocido,
pero ahora me planteás un problema de Estado porque
no hay té de Ceilán. Claro, ahora la flota es tuya, ahora
los teléfonos son tuyos, ahora los ferrocarriles son tuyos,
ahora el gas es tuyo, pero…, ¡no hay té de Ceilán! Para
entrar en un movimiento de recuperación como este al
que estamos asistiendo, han tenido que cambiar de sitio muchas cosas
y muchas ideas; algunas, monumentales;
otras, llenas de amor o de ingenio; ¡todas asombrosas!
El país empezó a caminar de otra manera, sin que lo
metieran en el andador o lo llevasen atado de una cuerda;
el país se estructuró durante la marcha misma; ¡el país
remueve sus cimientos y rehace su historia!
Pero, claro, vos estás preocupado, y yo lo comprendo:
porque no hay té de Ceilán. ¡Ah… ni queso!
¡No hay queso! ¡Mirá qué problema! ¿Me vas a decir a
mí que no es un problema? Antes no había nada de
nada, ni dinero, ni indemnización, ni amparo a la vejez,
y vos no decías ni medio; vos no protestabas nunca, vos
te conformabas con una vida de araña. Ahora ganás bien;
ahora están protegidos vos y tus hijos y tus padres. Sí;
pero tenés razón: ¡no hay queso! Hay miles de escuelas
nuevas, hogares de tránsito, millones y millones para
comprar la sonrisa de los pobres; sí, pero, claro, ¡no hay
queso! Tenés el aeropuerto, pero no tenés queso. Sería
un problema para que se preocupase la vaca y no vos,
pero te preocupás vos. Mirá, la tuya es la preocupación
del resentido que no puede perdonarle la patriada a los
salvadores.
Para alcanzar lo que se está alcanzando hubo que
resistir y que vencer las más crueles penitencias del
extranjero y los más ingratos sabotajes a este momento
de lucha y de felicidad. Porque vos estás ganando una
guerra. Y la estás ganando mientras vas al cine, comés
cuatro veces al día y sentís el ruido alegre y rendidor que
hace el metabolismo de todos los tuyos. Porque es la primera
vez que la guerra la hacen cincuenta personas mientras
dieciséis millones duermen tranquilas porque tienen
trabajo y encuentran respeto. Cuando las colas se formaban
no para tomar un ómnibus o comprar un pollo
o depositar en la caja de ahorro, como ahora,
sino para pedir angustiosamente un pedazo de carne en aquella
vergonzante olla popular, o un empleo en una agencia
de colocaciones que nunca lo daba, entonces vos veías
pasar el desfile de los desesperados y no se te movía un
pelo, no. Es ahora cuando te parás a mirar el desfile de
tus hermanos que se ríen, que están contentos… pero eso
no te alegra porque, para que ellos alcanzaran esa felicidad,
¡ha sido necesario que escasease el queso! No
importa que tu patria haya tenido problemas de gigantes,
y que esos problemas los hayan resuelto personas.
Vos seguís con el problema chiquito, vos seguís buscándole
la hipotenusa al teorema de la cucaracha, ¡vos, el
mismo que está preocupado porque no puede tomar té
de Ceilán! Y durante toda tu vida tomaste mate! ¿Y a
quién se la querás contar? ¿A mí, que tengo esta memoria
de elefante?
¡No, a mí no me la vas a contar!
lunes
Cosas que cambian la vida de la gente
Favor recomendar un libro que me cambie la vida (aunque sea por un rato). No vale decir la santa biblia porque ya intenté y no funcionó
Suscribirse a:
Entradas (Atom)