Con el Nescafé listo voy de la cocina al estudio de adelante. Estoy cómodo. Me sobran los lugares. Estoy solo también. No sé bien qué sentido exacto le quiero dar a estas palabras. Estoy solo y no es una queja, tampoco es una situación de la cual me sienta particularmente orgulloso. Lo importante es que es la soledad y no otra cosa quien me dicta la escritura. Poco a poco, tomándose todo el tiempo para comprobar que no voy a traicionarla
Fragmento de La ley de la ferocidad de Pablo Ramos
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