domingo
La certeza de la tristeza
El 5 de marzo pasó algo nada inesperado pero no por eso dejó de ser sorprendente. Fue el día en que tuve la certeza de estar viviendo la noticia política más triste de toda mi vida. Murió Chavez. Y cuando muere esa gente que es siempre joven y activa, no podemos dejar de sentir la sensación de que no era el tiempo, de que no es justo, de que nos sentimos un poco solos. Y no dejaron de estallar las mezquindades de la gente que se algera por la muerte de quién no pudo vencer en vida, y no se dejó de sentir la inmensa tristeza mezclada con la responsabilidad de mantener el cambio y de seguir haciendolo girar para que se expanda, madure, mute, contagie, revolucione.
No nos resta más que conmovernos y movilizarnos para que la patria grande siga siendo un proyecto que asuste a los intereses mezquinos y que alegre la vida a los desposeidos. Y tal vez aprender, que el poder debe estar diseminado, cuánto más mejor, porque las personas son efimeras y hay personas efimeras que empezaron a encarnar proyectos eternos. Hasta siempre comandante!
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