Hay que leerla. Desvastadora y maravillosa.
"Al considerar los acontecimientos presentes en nuestra vida, oscilamos constantemente entre la fe en el azar y la evidencia del determinismo. Sin embargo, cuando se trata del pasado, no tenemos la menor duda: nos parece obvio que todo ha ocurrido del modo en que, efectivamente, tenía que ocurrir. Djerzinski ya había superado en gran medida esta ilusión perceptiva, relacionada con una ontología de objetos y de propiedades, solidaria del postulado de objetividad fuerte; y sin duda por eso no pronunció las palabras, sencillas y corrientes, que habrían puesto punto final a la confesión de aquella criatura lacrimosa y destrozada, a la que le unía un vínculo de un origen genético compartido a medias, y que esa noche, tumbado en el sofá, había excedido por mucho los límites de la decencia que requería, implícitamente, una conversación humana"
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