
desde la inmaculada mesita de cristal a los encerados y relucioentes suelos de parqué, como si esa voluntad de orden fuera un intento de guardar las distancias del caos y lo imprevisible del mundo ¿Quién podría reprochar a Héléne tan fanática diligencia?. de Invisible de Paul Auster
No hay comentarios:
Publicar un comentario