
lunes
domingo
miércoles
Silencios incómodos
Que tan difícil es elegir una escena de una película en la que cada parte, vale tanto la pena
Entre el dicho y el hecho...
Si todos fuéramos tan literales con nuestros sentimientos y acciones que tanto más fácil sería el mundo
sábado
Reinserción social del anarquista
martes
Te perdonamos! barrabasadas célebres II
Te perdonamos! barrabasadas célebres
Como estamos vispereando el día del perdón en el calendario judío (Iom Kipur)decidí inaugurar una sección; barrabasadas celebres que decidimos olvidar.
"el ruido de sus bombos no me dejaban escuchar a Bela Bartok" explica Julio Cortazar los motivos de su exilio a la refinada Francia. Acto que podría titularse, el gorila pide silencio.
domingo
La conquista del otro
Colón
Cae de rodillas, llora, besa el suelo. Avanza, tambaleándose porque lleva más de un mes durmiendo poco o nada, y a golpes de espada derriba unos ramajes.
Después, alza el estandarte. Hincado, ojos al cielo, pronuncia tres veces los nombres de Isabel y Fernando. A su lado, el escribano Rodrigo de Escobedo, hombre de letra lenta, levanta el acta.
Todo pertenece, desde hoy, a esos reyes lejanos: el mar de corales, las arenas, las rocas verdísimas de musgo, los bosques, los papagayos y estos hombres de piel de laurel que no conocen todavía la ropa, la culpa ni el dinero y que contemplan, aturdidos, la escena.
Luis de Torres traduce al hebreo las preguntas de Cristóbal Colón:
—¿Conocéis vosotros el Reino del Gran Kahn? ¿De dónde viene el oro que lleváis colgado de las narices y las orejas?
Los hombres desnudos lo miran, boquiabiertos, y el intérprete prueba suerte con el idioma caldeo, que algo conoce:
—¿Oro? ¿Templos? ¿Palacios? ¿Rey de reyes? ¿Oro?
Y luego intenta la lengua arábiga, lo poco que sabe:
—¿Japón? ¿China? ¿Oro?
El intérprete se disculpa ante Colón en la lengua de Castilla.
Colón maldice en genovés, y arroja al suelo sus cartas credenciales, escritas en latín y dirigidas al Gran Kahn. Los hombres desnudos asisten a la cólera del forastero de pelo rojo y piel cruda, que viste capa de terciopelo y ropas de mucho lucimiento.
Pronto se correrá la voz por las islas:—¡Vengan a ver a los hombres que llegaron del cielo! ¡Tráiganles de comer y de beber!
Libro: Memoria del Fuego I: Los Nacimientos por Eduardo Galeano
Cae de rodillas, llora, besa el suelo. Avanza, tambaleándose porque lleva más de un mes durmiendo poco o nada, y a golpes de espada derriba unos ramajes.
Después, alza el estandarte. Hincado, ojos al cielo, pronuncia tres veces los nombres de Isabel y Fernando. A su lado, el escribano Rodrigo de Escobedo, hombre de letra lenta, levanta el acta.
Todo pertenece, desde hoy, a esos reyes lejanos: el mar de corales, las arenas, las rocas verdísimas de musgo, los bosques, los papagayos y estos hombres de piel de laurel que no conocen todavía la ropa, la culpa ni el dinero y que contemplan, aturdidos, la escena.
Luis de Torres traduce al hebreo las preguntas de Cristóbal Colón:
—¿Conocéis vosotros el Reino del Gran Kahn? ¿De dónde viene el oro que lleváis colgado de las narices y las orejas?
Los hombres desnudos lo miran, boquiabiertos, y el intérprete prueba suerte con el idioma caldeo, que algo conoce:
—¿Oro? ¿Templos? ¿Palacios? ¿Rey de reyes? ¿Oro?
Y luego intenta la lengua arábiga, lo poco que sabe:
—¿Japón? ¿China? ¿Oro?
El intérprete se disculpa ante Colón en la lengua de Castilla.
Colón maldice en genovés, y arroja al suelo sus cartas credenciales, escritas en latín y dirigidas al Gran Kahn. Los hombres desnudos asisten a la cólera del forastero de pelo rojo y piel cruda, que viste capa de terciopelo y ropas de mucho lucimiento.
Pronto se correrá la voz por las islas:—¡Vengan a ver a los hombres que llegaron del cielo! ¡Tráiganles de comer y de beber!
Libro: Memoria del Fuego I: Los Nacimientos por Eduardo Galeano

lunes
Adivinanza
Que pasa si cruzamos un negro, un submarino y a Bowie?
Respuesta: Yo exploto de conmoción
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Respuesta: Yo exploto de conmoción
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Mi yo publicista III
Ahora que soy publicista puedo dominar a las masas para que hagan lo que yo diga, tiranía, tiranía! Más publicidades paraguayas que demuestras que ser publicista tiene eternamente más incidencia social que ser sociólogo
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Mi yo publicista II
Más publicidades paraguayas en honor a mi bipolaridad que ahora quiere que sea publicista! Salú
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Mi yo publicista
Resulta que me entró una gana de ser publicista, no se cuanto durará, dejo publicidades paraguayas como lo serán las mías si esta gana gana.
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